Trabajar duro es la
característica más resaltante que tienen en común los umpires venezolanos José
Navas y Jonathan Parra, los mismos que hoy representan dignamente a su país en
la Serie del Caribe que se realiza en Culiacán, México.
El primero viene de ser
galardonado con el reconocimiento “Gualberto Acosta” que lo identifica como el
“Umpire del Año” dentro de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, y el
segundo, fue uno de los árbitros de mayor consistencia durante toda la
temporada del mismo circuito.
Si bien es cierto que
el ascenso de ambos como umpires es cada vez más notorio, igualmente es
innegable que sus historias son totalmente opuestas, ya que Navas es un hombre
más extrovertido, diferente a la naturaleza de Parra que suele ser mas
reservado. Aún así, esto no ha sido un obstáculo para mantener una fraternidad
que cada día crece a la par de sus evoluciones.
Navas es oriundo de Vargas
pero desde hace un tiempo está radicado en Barquisimeto, mientras que Parra es
nativo de Valencia. A ambos también los une el hecho de haber trabajado juntos
el año pasado en el sistema de Ligas Menores, específicamente en la Liga del Estado
de la Florida, categoría Clase A Avanzada (Fuerte).
“Es un gran amigo, una
gran persona y un gran compañero, él siempre está presto a dar lo mejor en
cualquier circunstancia, por eso es que siempre le va bien”, dijo el varguense
sobre su compañero. Por su parte, Parra asevera que Navas es muy servicial y
que si existe una persona con la cual siempre quiera trabajar dentro del
terreno, ese sería su compinche.
Navas se graduó en la
promoción de 2012 en uno de los campamentos de Venezuelan Umpire Camp, ahora ambos
pertenecen al cuerpo de instructores de dicha academia y gran parte de las
nuevas generaciones, ya ven en ellos un ejemplo a seguir.
ÁVIDO DE TRABAJO
José Navas acude a su
primer clásico del Caribe, razón que lo motiva seguir trabajando duro como está
acostumbrado. “La emoción de estar aquí es indescriptible y el orgullo de
representar a mi país como árbitro mucho más”, espetó horas antes de saltar al
terreno de juego para impartir justicia desde la segunda almohadilla en el
juego inaugural entre Águilas de Mexicali y Criollos de Caguas.
Este espigado umpire no
se conforma con nada y parte de su prematuro éxito se lo atribuye a esa razón
de nunca rendirse. “Por ahora no ha habido un momento en el que el trabajo se
haya puesto cuesta arriba, porque siempre estoy enfocado en trabajar duro todos los días y tomo en cuenta mis
errores como aprendizajes, más que como fracasos”.
UN PEQUEÑO DIFERENCIAL
Aunque tanto para
Navas, como para Parra, el trabajo de una Serie del Caribe es el mismo que en
cualquier otro lado, no pasa por debajo de la mesa el hecho de la experiencia y
ritmo de juego que existe en una justa deportiva de dicha magnitud.
“En las Ligas Menores
los peloteros y obviamente uno está desarrollándose, aquí desde la fanaticada
hasta el nivel de juego de los equipos son diferentes, tomando en cuenta la
cantidad de grandesligas y veteranos que participan y que lo hacen más exigente”,
soltó Jonathan. “Pero al final todos los juegos tienen el mismo carácter de
responsabilidad y respeto”, concluyó José.
Aunque ambos están en representación
de la liga y por ende, de sus compañeros; también son conscientes de que el
trabajo de uno es el reflejo del compromiso y la labor de todos. “No sé cuáles
son los criterios de elección para uno llegar hasta aquí, pero es un trabajo
grupal que no lo hizo sólo Jonathan Parra”, dijo el valenciano.
“Somos dos los elegidos
por razones de logística y decisiones de cada liga, pero la satisfacción y el
orgullo es el mismo tanto para nosotros, como para el resto del grupo (de
umpires venezolanos)”, concluyó Navas.
Este binomio conformado
por estos dos jueces aún le queda muchas metas por lograr, los sacrificios de
abandonar por un largo período a sus seres más queridos, son únicamente
recompensados con el éxito que han recogido en esta breve etapa.
Hoy están en la Serie
del Caribe ¿Mañana dónde? El límite depende única y exclusivamente de ellos, y
es tácito que en el camino habrán obstáculos, pero si ambos siguen trabajando
de la manera que lo vienen forjando y apoyados como lo han hecho hasta ahora,
probablemente más temprano que tarde volveremos a festejar otra graduación de
un venezolano en la gran carpa.