Pues traigo esto a colación, porque justamente el pasado miércoles se hizo oficial en el seno de los Leones del Caracas, el rumor que empezó a escabullirse al finalizar el encuentro disputado un día antes entre los Tiburones de La Guaira y los melenudos, el mismo que favoreció a los litoralenses con pizarra de 6 a 0.
Aquel rumor, que se convirtió en un hecho, no es más que la destitución de Alfredo Pedrique como manager de los capitalinos. Algo que cayó para mucha de la fanaticada como un balde de agua fría y para otros como el regalo adelantado en vísperas decembrinas. Sin embargo, el trasfondo de este hecho va más allá de una complacencia o discrepancia de un seguidor del Caracas.
El otrora timonel de Caribes y Magallanes, afirmó que: tanto el año pasado, como en el presente, escuchó de dos jugadores de los Leones y de los cuales prefirió reservarse los nombres, comentarios muy contundentes. "Nosotros decidimos quien se queda y quien se va", es el ejemplo de el último que presenció en el transcurso de toda esta novela.
Aunque suene paradójico, quien hoy fue destituido del conjunto que más veces se ha alzado con el título de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, hace tres meses estaba titulándose campeón con los Rail Raiders de Scranton, filial de los Yanquis de Nueva York y perteneciente a categoría Triple A, el último escalafón antes de llegar a las Grandes Ligas.
Si a lo anterior le sumamos, que el timonel fue electo este año como "Manager del año" también con la sucursal de los mulos, esas y otras credenciales le daban el aval para por lo menos, buscar el respaldo que lo encaminara a conseguir el tan ansiado pase a la postemporada, pero ya el mal estaba hecho y no fue así.
Aparentemente una revolución enardeció el dugout de los Leones y le decretó la guerra a su jefe. Esta olla de presión terminó de explotar luego de que Pedrique utilizara como recurso la sinceridad para no ser participe de algo que tenía días apreciando. "A ellos (los peloteros involucrados) les molestó que yo dijera en días pasados que en el equipo faltaba mística y amor por la camiseta" fustigó.
Lo expresado anteriormente no tiene un argumento sustentable que permita cuantificar quién defienda más o menos a un equipo en el diamante, pero si se puede evidenciar que, antes del juego de ayer contra el Magallanes, el Caracas era último en average (.266) y efectividad (4.88), las estadísticas más importantes a nivel ofensivo y defensivo en el mundo del beisbol. Esto deja claro que el rendimiento no venía siendo el más óptimo para el equipo y que por algún lado la cuerda tenía que reventar.
Pedrique, quien llegó como una eminencia en el 2015, con un fuerte respaldo de la directiva, peloteros y sobre todo, fanaticada; le tocó irse solo con el espaldarazo de pocos, porque, incluso una parte numerosa de la fanaticada lo ofendió hasta en el último choque que disputó vistiendo la camiseta melenuda.
Por ser los Leones del Caracas un equipo tan mediático, seguramente este acontecimiento seguirá trayendo cola y arrastrando consigo un sinfín de reacciones. Pero lo más resaltante es que con el pasar del tiempo, seguro pocos se acordarán de la exitosa temporada de Alfredo Pedrique este 2016 en el exterior, sino, del bochornoso episodio que conllevó a su salida del conjunto de la capital, condenándole desde la cúspide del éxito, al sótano del fracaso.
"La decisión de mi salida la tomaron los peloteros y fue respaldada por la directiva". Alfredo PedriqueSegún la explicación del propio estratega, "un grupito" de peloteros se reunió al finalizar el juego del martes con el gerente deportivo, José Manuel Fernández; para manifestar su descontento y hacerle saber al directivo que se sentían "desprotegidos", palabras que fueron como una bofetada para Pedrique.
El otrora timonel de Caribes y Magallanes, afirmó que: tanto el año pasado, como en el presente, escuchó de dos jugadores de los Leones y de los cuales prefirió reservarse los nombres, comentarios muy contundentes. "Nosotros decidimos quien se queda y quien se va", es el ejemplo de el último que presenció en el transcurso de toda esta novela.
"Un pelotero no debería influenciar en la decisión crítica que pueda, o no, tomar una directiva. No sé cómo un pelotero puede mandar más que un directivo".Junto a Pedrique, el también coach de banca Edgar Alfonzo, tuvo que hacer sus maletas y tomar el mismo rumbo que el valenciano, dejando una marca de 21-29 y el equipo en el foso de la tabla.
Aunque suene paradójico, quien hoy fue destituido del conjunto que más veces se ha alzado con el título de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, hace tres meses estaba titulándose campeón con los Rail Raiders de Scranton, filial de los Yanquis de Nueva York y perteneciente a categoría Triple A, el último escalafón antes de llegar a las Grandes Ligas.
Si a lo anterior le sumamos, que el timonel fue electo este año como "Manager del año" también con la sucursal de los mulos, esas y otras credenciales le daban el aval para por lo menos, buscar el respaldo que lo encaminara a conseguir el tan ansiado pase a la postemporada, pero ya el mal estaba hecho y no fue así.
"Yo tenía que recordarle 15 minutos antes del play a varios (peloteros) que tenían que salir a estrecharse y hacer su practica de rutina".
Aparentemente una revolución enardeció el dugout de los Leones y le decretó la guerra a su jefe. Esta olla de presión terminó de explotar luego de que Pedrique utilizara como recurso la sinceridad para no ser participe de algo que tenía días apreciando. "A ellos (los peloteros involucrados) les molestó que yo dijera en días pasados que en el equipo faltaba mística y amor por la camiseta" fustigó.
Lo expresado anteriormente no tiene un argumento sustentable que permita cuantificar quién defienda más o menos a un equipo en el diamante, pero si se puede evidenciar que, antes del juego de ayer contra el Magallanes, el Caracas era último en average (.266) y efectividad (4.88), las estadísticas más importantes a nivel ofensivo y defensivo en el mundo del beisbol. Esto deja claro que el rendimiento no venía siendo el más óptimo para el equipo y que por algún lado la cuerda tenía que reventar.
Pedrique, quien llegó como una eminencia en el 2015, con un fuerte respaldo de la directiva, peloteros y sobre todo, fanaticada; le tocó irse solo con el espaldarazo de pocos, porque, incluso una parte numerosa de la fanaticada lo ofendió hasta en el último choque que disputó vistiendo la camiseta melenuda.
"En otros estadios no he escuchado nunca la magnitud de los insultos que me dijeron en el Universatario".Afirmó que no todos los seguidores tomaron la misma reacción pero que sí, muchos lo descalificaron por sus decisiones, sin conocer lo que para él, se vivía dentro de la cueva. "La organización del Caracas necesita hacer una limpieza", sentenció al finalizar la entrevista.
Por ser los Leones del Caracas un equipo tan mediático, seguramente este acontecimiento seguirá trayendo cola y arrastrando consigo un sinfín de reacciones. Pero lo más resaltante es que con el pasar del tiempo, seguro pocos se acordarán de la exitosa temporada de Alfredo Pedrique este 2016 en el exterior, sino, del bochornoso episodio que conllevó a su salida del conjunto de la capital, condenándole desde la cúspide del éxito, al sótano del fracaso.
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